miércoles, 3 de febrero de 2010

El pensamiento vivo de Juan José Hernández Arregui

“Toda la prensa de Buenos Aires –la gran prensa- está hoy contra el pueblo. Esta prensa poderosa, “democrática” y ruin, tiene por objeto enviciar la verdad, despistar la opinión pública, denigrar a las masas. Lo mismo aconteció en el pasado. Es un deber, no mero sentimiento de justicia, denunciar inexorablemente a los enemigos del país. Ya se ha dicho, al comienzo de este trabajo, que los muertos están vivos. Más esto es necesario probarlo. Vayamos, pues, al grano.

La historia de Mitre tiene su tribuna perpetua en un diario de Buenos Aires: La Nación, dirigido por sus herederos vitalicios. Este diario es el portavoz de los intereses y la mentalidad política de la clase ganadera argentina y sus foraneos. El lenguaje del gran rotativo es magistral, esmerillado, monjeril, ultrapúdico. Es el gorro frigio colonial de la civilización de Occidente, el altar de la cultura europea, el ideal democrático, tal cual lo entiende la oligarquía, en toda su virginidad rota. Ideal democrático –hemos escrito alguna vez- que recuerda a aquellas mujeres ya viejas, que para parecer jóvenes se pintan en exceso, y lo único que consiguen es mostrar las ruinas del tiempo en colores. Nada conmueve su augusto, su impávido y aristocrático lenguaje. Un lenguaje artificioso con metáforas vacías que el lector medio toma por cultura borgiana. Solo un hecho lo saca de este estilo. La presencia del pueblo en la vida del país. Y no sólo del pueblo de hoy, sino del pueblo de ayer. Entonces La Nación pierde la cabeza. Un estremecimiento de horror sagrado recorre las páginas del elefante culto. Y cada vez que un hecho, por nimio que sea, le recuerda la gesta de las montoneras provincianas, le sale al paso con un clamoreo indignado.”

“Nacionalismo y liberación” Juan José Hernández Arregui - 1969

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