lunes, 1 de marzo de 2010

En la casa del Pueblo

Cuando el calor ya se apoderó de la Ciudad de Buenos Aires, un centenar de caballos descansan a la espera de la orden de sus jinetes. Un poco más allá miles de personas se encuentran congregadas por un mismo motivo. Entre cánticos, bombos y redoblantes, mujeres, niños, hombres y jóvenes que han copado la Plaza de los dos Congresos, escuchan las palabras que la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, dirige a todo el pueblo Argentino. De esa manera y con una cámara repleta, se inauguran las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación.

La nueva conformación del congreso, como lo auspician los grandes medios de comunicación, escucha atentamente cada una de las palabras de la máxima mandataria que tiene hoy el pueblo argentino. Todos los que están allí dentro, saben que en ese mismo lugar, durante el transcurso de todo el año, se vivirán las discusiones más fuertes de nuestra política. Además de los presentes, que dentro y fuera del Congreso escuchan como Cristina relata las medidas que nos permitieron superar la crisis mundial que hizo tambalear al sistema capitalista en el 2009, millones de argentinos siguen el discurso por cadena nacional.

Continuando con el análisis político, la Presidenta habla de la importancia de haber estatizado los fondos de las jubilaciones, de las conquistas sociales logradas en estos últimos siete años, del superávit fiscal, de las reservas, de la importancia de la reforma política, de la calidad de los jueces que conforman hoy la Corte Suprema de Justicia, del conflicto con Gran Bretaña por la explotación de petróleo en las islas Malvinas y por ahí hasta se despacha un saludo para el opositor número uno de su gobierno: El Grupo Clarín.

Desde el silencio, los opositores, ya sean de derecha o izquierda, no disimulan en sus caras el mal humor. Por dos motivos no van a poder retrucar a quien les habla. En primer lugar porque saben que ni bien Cristina termine, la sesión será levantada, y en segundo lugar, las palabras de la Presidenta son tan claras y contundentes que no tienen nada para responder, criticar o denostar. Sin embargo, varios saben que van a tener oportunidad de inventar trivialidades en algún programa de TN u otro canal del enemigo ya mencionado o sus secuaces.

Julio Cobos, Vicepresidente de la Nación, sentado a centímetros de quien fuera su compañera de fórmula en el 2007, luce con la misma cara que sus compañeros opositores.
Después de una hora y treinta y seis minutos Cristina salé a saludar al pueblo que fue a darle su apoyo y espera ansioso frente a la gran escalinata del Congreso.

Minutos después, con cánticos de por medio, poco a poco la ciudad retoma su actividad. A los quince minutos los colectivos levantan a su paso a toda velocidad, miles de papelitos que han quedado en el lugar y que varios barrenderos van juntando lentamente. En un bar ubicado en la esquina de Rivadavia y Callao, una empleada de una considerable edad y origen porteño-oligarca se queja del paso de la barbarie por el lugar.

Mientras tanto, a lo largo y ancho del país, miles de chicos llegan a sus casas luego del primer día de clases. Así queda inaugurado un nuevo año legislativo que dará mucho de que hablar y que como ocurre desde hace varios años, verá pasar al pueblo varias veces como protagonista de esta historia, una y otra vez para dar su apoyo al Proyecto Nacional y Popular en marcha.


Matías Fernández

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