miércoles, 19 de mayo de 2010

Jóvenes 2.0

En 1969 un grupo de militares estadounidenses que temían un ataque ruso a sus bases, idearon un sistema de comunicación entre cuarteles que denominaron Arpanet. La red fue creciendo y se volcó al mundo universitario y científico. Para 1990, ya existían nuevos sistemas y más de 100000 servidores conectados. En 1993 un estudiante norteamericano escribió el código del primer explorador Web, el Mosaic, y lo distribuyó gratuitamente por la red. De ese modo, y por casualidad, se produjo la revolución de Internet. Tres años después ya existían 90000 sitios Web.

Actualmente, Internet ya no es una herramienta de uso militar o científico, sino que presenta infinitas posibilidades de utilización y se ve empujado en su desarrollo por grandes compañías, que han visto en este nuevo mundo, un magnífico negocio.

Desde las primeras pinturas en piedras, hasta nuestros días, el hombre ha innovado de manera permanente, en la búsqueda de mejores condiciones de comunicación. La tecnología acortó las distancias y nos introdujo en la era de la Globalización.

Al principio, Internet era un lugar para acceder a páginas, donde uno solo podía leer lo que otro había escrito. Pero en esta permanente búsqueda de mejorar el modo de comunicarnos, nació la Web 2.0 y con ella, se produjo la segunda revolución de Internet. Con este cambio, el hombre dejó de ser un simple consumidor y pasó a producir contenido, dando origen al término de Prosumidor. Podemos decir, que esta tecnología se puso al servicio del hombre. Aparecieron los primeros Blogs, los chats, los portales de fotos y videos personales y las redes sociales. A su vez, dentro de este fenómeno los cambios no se detienen. Hace siete años todos chateaban por medio de ICQ, hoy casi nadie recuerda lo que era. Hace dos años los Fotologs eran furor, hoy tan solo se guardan recuerdos y esas prácticas mutaron hacia las redes sociales.

Estos cambios bruscos en el modo de relacionarnos, despierta temores, incertidumbre y desconfianza en un sector importante de la sociedad, sobre todo, en aquellos que son inmigrantes digitales porque no nacieron en esta era y se vieron obligados a adaptarse. Los jóvenes que utilizan las nuevas plataformas de comunicación reciben el nombre de nativos digitales, porque poseen la facultad de tomar cualquier medio digital y utilizarlo perfectamente sin necesidad de preguntar cómo es que funciona.

Por estos días, en todo el país se habla de la rateada nacional que se está organizando a través de la red social Facebook para el próximo miércoles 26, un día después de que celebramos nuestros primeros 200 años como país independiente semicolonial. Más de 125000 chicos aseguran que ese día no van a asistir a clases.

Los analistas ya comenzaron a opinar. Por un lado, nos encontramos con los que creen que estás nuevas modas, llevan a la juventud cada día más a una perdición irreversible. Seguramente se trata del grupo que Humberto Eco denominó Apocalípticos. Son los más ilusos y miran continuamente hacia el pasado, se aferran a viejas costumbres, creen en la restauración de las instituciones fundidas por el paso del tiempo y miran con recelo los cambios que se producen en la sociedad. Siguiendo esta línea, un juez mendocino ordenó a Facebook cerrar los grupos creados por menores. Según las políticas de privacidad de la empresa, los mayores de 13 años ya pueden tener su perfil. A esta altura, luego de que un juez de la misma provincia haya impedido la implementación de la Ley de Servicios Audiovisuales, estamos en condiciones de preguntarnos ¿Qué ocurre con la justicia en Mendoza?

En contraposición a este grupo, encontramos a aquellos que no le temen al avance tecnológico, lo aceptan y hasta lo admiran. Adaptando la teoría de Eco, estamos haciendo referencia a los Integrados. Se trata, para la filosofía, del principio salvador que unificará al mundo. Son conocedores de la realidad y viven el futuro en el presente. En este grupo, obviamente, están incluidas las nuevas generaciones.

Los cambios inducidos por la tecnología nos han puesto en una crisis de paradigma. Ni bien se masificó el uso del celular las empresas estaban aterradas y perseguían a sus empleados. Con el tiempo comprendieron que era conveniente que puedan utilizarlo en el trabajo. La escuela todavía no pudo resolver este problema, y ante este atraso, es lógico que no sepan cómo manejar la inserción de los estudiantes en las redes sociales. Los docentes, no paran de repetir que a los alumnos les cuesta concentrarse en lecturas, que no quieren estudiar y que no hacen nada. Sin embargo, estos jóvenes, manejan mejor la tecnología que los adultos. Están creando las competencias que van a necesitar para desempeñarse en el mundo laboral.

Entre estas dos posturas se encuentra el Estado, tratando de mediar y resolver estos conflictos. Sabiendo que en un futuro no muy lejano el analfabeto será aquel que no sepa manejar una computadora, la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, tomó la iniciativa de distribuir Netbooks en las escuelas secundarias. En principio, la medida es excelente, pero la realidad es que no contamos con la cantidad de docentes con la capacidad formativa de adaptar la enseñanza a la informática. De todos modos, es preferible esto antes que nada.

Ante la discusión de la rateada nacional, Alberto Silioni, Ministro de Educación, aportó un importante grado de racionalidad diciendo que “hay que escuchar el mensaje de los pibes”. Lo que hacen los chicos, no es un mal uso de la tecnología sino todo lo contrario. Es uno de los usos más correctos y positivos. Por medio de Facebook, lograron tener repercusión en todo el país dando un mensaje, está en los adultos entenderlo o no, negarlo o aceptarlo.

Ya no hay atractivo en las instituciones educativas. Ya no hay nada interesante para aprender. La prensa repite a viva voz que la juventud está perdida. Los docentes no entienden a los alumnos. Los alumnos no entienden a los docentes. Se habla mucho de educación pero nadie escucha a los estudiantes. En medio de este clima, los chicos se están organizando utilizando una herramienta digital para dar un mensaje claro: Están artos de esta escuela, están artos de no ser tenidos en cuenta.

Matías Fernández

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