El jueves último, un hecho mediático intentó conmover al país desde los grandes medios nacionales. Los trabajadores de la curtiembre Curtarsa, se enfrentaron con efectivos de la policía al intentar ingresar en el Palacio Municipal. La medida fue tomada como reclamo tras la clausura provisoria de la fábrica por parte del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS). La decisión fue tomada luego de constatar el incumplimiento de la normativa vigente en materia de medio ambiente y una fuerte alteración en la calidad del aire en la localidad de J. M. Jáuregui debido al funcionamiento de la planta.
El hecho mediático, fue producto de una clara estrategia de la empresa y el gremio del cuero para confundir a la población y dilatar una solución pacífica del conflicto ambiental, latente desde 1994 cuando se detectaron las primeras alteraciones en la salud de los habitantes aledaños a la fábrica.
Si hablamos de derechos adquiridos, la historia del pueblo se remonta a 1862, cuando Don José María Jáuregui recibió la autorización municipal para la instalación de un molino harinero. Recién en el año 1969 se instaló la empresa Curtarsa Curtiembre Argentina y alcanzó su mayor productividad en 1994 al ser adquirida por el grupo Italiano Italian Lether Group.
La fábrica está caratulada por la ley provincial de Radicación Industrial (Ley Nº 11459) como de Tercera Categoría, debido a que “su funcionamiento constituye un riesgo para la seguridad, salubridad e higiene de la población u ocasiona daños graves a los bienes y al medio ambiente”. Diariamente consume de las napas, 8 millones de litros de agua y los vuelca contaminados al Río Luján.
Este conflicto tiene diversos prisioneros. Por un lado, los vecinos de Luján, que sufren las consecuencias de la contaminación en su salud. Los segundos prisioneros son los trabajadores de la empresa. Bajo la necesidad de subsistencia se ven obligados a entregar su vida a condiciones indignas de trabajo, con altos riesgos de contraer enfermedades letales. La empresa no se hace cargo de los enfermos y los despidos son materia corriente. También es importante considerar que la mayoría no son de Jáuregui, sino de localidades más alejadas y hasta de otros partidos. Así la empresa se cubre de que los trabajadores enfermos se atiendan en hospitales locales, evitando que este hecho sea conocido por la comunidad.
La curtiembre Curtarsa, produciendo cueros para tapizado de autos de alta gama destinados al primer mundo, es un caso más en el cual capitales extranjeros saquean nuestros recursos naturales, dejando bajos beneficios económicos, graves daños en el medio ambiente y gran cantidad de ciudadanos argentinos con enfermedades complejas. Nos dejan la basura, agotan nuestros recursos naturales y se llevan la porción más grande de la torta.
Dos derechos Constitucionales se encuentran violados en este caso. El artículo 14 Bis que promueve “condiciones dignas y equitativas de labor” y el artículo 41 que establece que “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo”.
La Organización Peronismo Militante, se suma al reclamo histórico de los vecinos de Luján, soñando con que la comunidad se realice en un medio ambiente sano y limpio, donde también se garantice el derecho a un trabajo digno. También solicitamos a las autoridades municipales que de manera inmediata, comiencen a elaborar y articular con el OPDS un plan concreto, serio y ordenado para la relocalización de Curtarsa, garantizando alternativas laborales para sus actuales trabajadores, entendiendo que este es el camino más viable para la solución del conflicto.
Organización Peronismo Militante – Lujan
Matías Fernández
Florencia Gallardo
ORGANIZACIÓN PERONISMO MILITANTE
Regional Provincia de Buenos Aires
http://www.peronismomilitante.com.ar/
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